domingo, 18 de noviembre de 2012

RÓMULO Y REMO (II)

Seguimos con el relato de Tito Livio en su Historia de Roma desde su fundación (Libro I, cap. 5 - 6, 2):

Detención de Remo


En aquella época cuentan que se celebraba en el monte Palatino un festejo nuestro, llamado Lupercal y que el monte se llamó Palancio (después Palacio), por Palanteo, una ciudad de Arcadia. En aquel lugar, Evandro, que procedía del pueblo de los árcades y fue dueño del territorio mucho antes de todo esto, había establecido una fiesta solemne importada de Arcadia, en la que unos jóvenes desnudos corrían jugando y diviertiéndose en honor de Pan Liceo, al que después los romanos llamaron Inuo. Cuando estaban los jóvenes entregados a este juego, siendo como era una fiesta conocida, unos ladrones, airados por la pérdida de su botín, les tendieron una emboscada. Rómulo se defendió con energía, pero prendieron a Remo y lo entregaron cautivo al rey Amulio, con una acusación. Sobre todo les atribuían como delito que atacaban las tierras de Numitor, y que, con la banda de jóvenes que habían reunido, las saqueaban igual que un enemigo. Por tanto, Remo fue entregado a Numitor para que este lo castigase.
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Se descubre el origen de los gemelos

Ya desde el principio, Fáustulo había tenido el presentimiento de que se criaban en su casa dos descendientes de la familia real; en efecto, sabía que unos niños habían sido abandonados por orden del rey y que el tiempo en el que él los recogió coincidía con ese hecho. Pero no había querido que tal origen se descubriera prematuramente, salvo que fuese oportuno o necesario. La necesidad llegó antes, así que, atemorizado, le descubrió la historia a Rómulo. Por casualidad, también a Numitor, que tenía preso a Remo y que había oído que tenía un hermano gemelo, relacionando su edad y su carácter nada propio de esclavos, le había venido a la mente el recuerdo de sus nietos. Después de preguntar, llegó a la misma conclusión y no estuvo lejos de reconocer a Remo.

Se derroca al rey Amulio

Así, por todos los lados, se trama una conspiración contra el rey Amulio. Rómulo, sin la compañía de los jóvenes (pues no estaba en condiciones para una lucha abierta), sino mandando a los pastores que acudieran por caminos distintos al palacio real en un momento determinado, atacó al rey. Con otro grupo que había juntado, vino en su ayuda Remo desde la casa de Numitor. De este modo mata al rey Amulio.

Numitor, al principio de la revuelta, repetía sin cesar que unos enemigos habían invadido la ciudad y que habían asaltado el palacio real, con lo cual desplazó a los guerreros de Alba Longa a la ciudadela para defenderla con las armas. Cuando vio que los jóvenes, después de matar al rey Amulio, se dirigían a él felicitándolo, reunió inmediatamente la asamblea del pueblo e hizo públicos los crímenes de su hermano contra él, el origen de sus nietos, cómo nacieron, cómo se criaron, cómo habían sido reconocidos; finalmente hizo pública la muerte del tirano, mostrándose él, Numitor, como responsable de la misma. Los jóvenes, entrando con su tropa por medio de la asamblea, proclamaron rey  a su abuelo Numitor; la multitud allí congregada lanzó un grito unánime, ratificando el título y el poder del rey.

(Trad. de Antonio Fontán, Madrid, Alma Mater, 1997; con modificaciones)

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